domingo, 20 de noviembre de 2011

Julia Kristeva: La travesía amorosa

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6872-2011-11-19.html
las12


Viernes, 18 de noviembre de 2011

LA TRAVESIA AMOROSA
Julia Kristeva se define como escritora. Así se presenta aunque sus credenciales la nombren como lingüista, psicoanalista, feminista. No reniega de su formación ni de su posición política, sino que ha encontrado en la experiencia narrativa una clínica y en la lengua materna, ya no sólo como relato de origen sino como transmisión de afecto y de confianza, una ética. En su primera visita a Buenos Aires, habló con Las 12 sobre la travesía amorosa de la maternidad, a la que le falta, dice, una “filosofía laica”. Pero esta recuperación de la maternidad sólo puede darse una vez que las mujeres tengan la potestad sobre su cuerpo y por eso, antes de entrar en tema, es enfática: “Lo primero es ser solidaria con quienes reclaman el derecho al aborto”.


 Por Veronica Gago
De tanto fascinarle la China, algo en sus ojos parecen haber tomado su forma. De la visita que realizó a aquel país en 1974, como miembro del mítico grupo literario parisiense Tel Quel (que reunía varias estrellas teóricas del momento), la lingüista y psicoanalista Julia Kristeva ha escrito mucho y, aún hoy, la resistencia de las mujeres chinas despierta su admiración. Dos de ellas fueron distinguidas con el premio Simone de Beauvoir para la libertad de las mujeres que Kristeva, como feminista reconocida, preside. En esa ocasión escribió en el periódico Le Monde: La historia antigua y la reciente parecen haber preparado la vitalidad combativa de esa “mitad del cielo” que es el “segundo sexo” en China. En la actualidad, son cada vez más las mujeres que no se conforman con participar del auge del gigante emergente ni con protestar por ser marginadas. Ellas ya no se dejan intimidar y son cada vez más las que defienden e impulsan los derechos femeninos. La cuestión es que China es un lugar y una metáfora proliferante y recurrente en los textos de Kristeva y también en sus preocupaciones políticas.
Por primera vez en Buenos Aires, en la conferencia que dio en el Programa Lectura Mundi de la Universidad de San Martín (auspiciado por la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación, la Biblioteca Nacional y la Universidad Diderot-Paris 7), habló de la China a partir de la riqueza de su lengua tonal: se trata, dijo, de un idioma que conserva los tonos (alto, bajo, en descenso y en ascenso) como distinciones fundamentales en el habla cotidiana. “Como si esa lengua tuviese una capacidad de relación sensible con las palabras.” En la mayoría de las lenguas, en cambio, esos tonos sólo están en el habla de los bebés, en los primeros años, pero luego son aplanados, regularizados. La lengua china permite escuchar la “intensa profundidad de las palabras”, dijo Kristeva. Y esa intensidad es su “coraza semiótica”, la que resguarda la experiencia inicial de la lengua materna como grado cero del lenguaje, como travesía amorosa.
La China, como nombre capaz de atesorar la infancia en una lengua vibrátil, se vuelve imagen dilecta, metáfora preciosa, para el psicoanálisis. Que sería para Kristeva casi un ardid para dar la palabra, para hacer literatura. O una práctica de transvaloración de la religión y sus propuestas de consuelo, en una clínica que se convierte en experiencia narrativa. Será por eso que cuando se presenta rehúsa encuadrarse en las capillas del psicoanálisis y pronuncia la palabra “écrivain” (escritora) con tanta seguridad que se le afilan los pómulos y se le agrandan los ojos (bañándola de un aire lispectoriano).
La China, casi como madre de las filosofías, es también espacio generoso para pensar lo materno. Dirá Kristeva: “La civilización china –en el taoísmo– define lo materno como el movimiento mismo, la corriente, la ‘vía’, ella también ‘sin nombre’, anterior a todas las entidades y a todas las relaciones, un ‘proceso de emergencia’ en el seno del cuerpo propio”. La caligrafía china, sus sabrosos ideogramas, son un intento de infiltrar, dice Kristeva, el erotismo materno “en el tejido cultural”.

PASION MATERNAL

Si en la melodía de la lengua tiembla la infancia y en ella se cifran las palabras “ondulantes”, cargadas de afecto, la lengua materna es mucho más que un relato de origen. Kristeva, búlgara de nacimiento, fue enviada por su madre desde pequeña a un jardín de infantes francés. Cuando llegó a París, a los 18 años, se sintió morir en el búlgaro para escribir y teorizar en francés. Sin embargo, la experiencia materna le permitió confrontar simbólicamente y teorizar el pasaje de una lengua a otra: “La maternidad es un renacer permanente porque nos ubica en el lugar de acompañar la fragilidad de lo humano”, señala. En este punto, la maternidad es un espacio filosófico privilegiado, sólo que hoy, dice Kristeva, “le falta una filosofía”: “Somos la única civilización, como laicos, que no la piensa filosóficamente”. Por eso, la “pasión maternal” es un desafío para los feminismos.
Al respecto acaba de escribir el guión de un film de 11 minutos y medio, realizado por G. K. Galabov, que fue su presentación en el Congreso de Psicoanalistas de la lengua francesa, en París, en junio pasado. El film se llama Reliance. O del erotismo materno (puede verse en www.kristeva.fr) y en él pasan imágenes de parto, de ecografías, de la propia Kristeva con su hijo, de representaciones pictóricas religiosas cristianas y antiguas, caligrafías chinas, la Sara de la tradición judía, y otra sucesión de dibujos y fotos y videos mientras Kristeva lee su texto. “Reliance”, como explica la autora en esta entrevista con Las 12, refiere al lazo de confianza, de entrega y devolución, que sustenta el vínculo materno y que funda una ética herética: “Si una ética no consiste en evitar la embarazosa e inevitable problemática de la ley, sino en darle cuerpos, lenguaje y goce, entonces esa ética es una herética”.

¿Qué significa esta preocupación por la maternidad?

–El feminismo de la época de Simone de Beauvoir fue una gran conquista, aun si no se realizó completamente, e intentó liberar a las mujeres de la esclavitud de la maternidad. Sabemos bien lo que esto quiere decir porque existe un combate en América latina, y en Argentina en particular, en nuestros días: me refiero a la posibilidad de decidir sobre el propio cuerpo, de tener derechos sobre el vientre, es decir, el derecho al aborto. Sin esa libertad, todos los otros derechos de igualdad económica, social, jurídica y política no son posibles. Entonces, cuando decimos que estamos a favor de rehabilitar la maternidad, esto no quiere decir que no haga falta luchar por el aborto. Una vez que el derecho al aborto está logrado, las mujeres eligen tener o no tener hijos. Lo primero que quiero decir entonces es que soy solidaria con las feministas argentinas que luchan por conquistar el derecho al aborto. A partir de ahí, muchas feministas han sentido la necesidad de desarrollar cada vez más la experiencia de la maternidad.

¿De que manera?

–Tanto en Francia como en Estados Unidos, de manera no siempre satisfactoria, se desarrollan teorías nuevas sobre la maternidad. Yo lo que trato de pensar es la experiencia misma de la maternidad, lo que concierne a la pasión maternal. Creo que se trata de una experiencia compleja, donde hay mucha violencia. En primer lugar, una expulsión de una parte de una y la intrusión de la vida de un nuevo ser al que hay que dedicarse. Muchas mujeres frente a esa experiencia cotidiana se sienten muy deprimidas y acompañan la maternidad con mucha agresión hacia el niño y hacia ellas mismas. También suele darse una posesión sobre el niño, proyectándole ambiciones que anteriormente tenían sobre ellas mismas. Es importante subrayar el costado pasional-destructivo de la maternidad para poder desarrollar el rol civilizatorio de la maternidad.

¿Cómo lo entiende?

–Consiste desde ya en transmitir el lenguaje, pero también en crear el vínculo social como vínculo amoroso, que es el vínculo primero de la madre con el niño. Cuando podemos atravesar esta violencia primera, el de madre-hijo es el vínculo amoroso por excelencia, que es mucho más claro y puro que la relación entre hombre y mujer. Nosotros, los de la secularización laica, somos la única civilización que no tiene un discurso sobre esta experiencia de la maternidad. Creemos saber lo que es la madre judía, creemos saber lo que es la madre cristiana representada en la Virgen María, lo cual no significa que lo sepamos, pero no hay código moral ni reglas de comportamiento para la madre laica. Y en la medida que la mujer está sola, porque la pareja no está o tiene menos tiempo o es madre soltera, es absolutamente necesario que en el mundo moderno se desarrolle un acompañamiento para las madres.

¿Qué sería una filosofía de la maternidad?

–En el último coloquio que realizamos para las y los psicoanalistas de lengua francesa, intenté desarrollar el lazo madre-hijo a partir de la noción de reliance, “religar” en francés, que es también el término inglés reliance, que implica la confianza, esperar una ayuda y retornarla. Es una ética que no es exactamente la del vínculo religioso –que viene del término religare– que es un vínculo con el padre, ligado a la ley, a la obligación, al pacto social. El sustrato más arcaico, afectivo, del vínculo se puede comprender concretamente a partir de la relación de la madre con el niño. Muchas mujeres, sobre todo jóvenes, que les falta ese apoyo se vuelcan a buscarlo en la religión.

Además, usted habla de la necesidad de espacios de maternidad simbólica...

–El momento actual de superpoblación mundial va a poner en marcha en algún momento una política de regulación de los nacimientos, lo cual afectará sobre todo a la población femenina, porque se buscará restringir su potencia generatriz. Es muy importante preservar la experiencia simbólica maternal, reconduciendo esa capacidad de confianza, de educación, de lenguaje, de acompañamiento femenino a otros espacios. Esto es lo que llamo maternidad simbólica. Es un doble movimiento: ayudar a las madres, sobre todo las madres de los barrios y a las más jóvenes, y por otro, desarrollar espacios de solidaridad y cuidados que den lugar a la maternidad simbólica.

LA REVUELTA

“Mi convicción profunda es que lo femenino y lo maternal tiene toda su originalidad por fuera del poder”, ha declarado. Será por eso que “revuelta” es una de las palabras clave del multiverso kristeviano. A ella le ha dedicado buena parte de su pensamiento, para hacerla transitar entre “el microcosmos de lo íntimo” y “la plaza pública”. Entusiasta con el movimiento estudiantil chileno, dice haber visto entre los jóvenes –además de sus libros– una curiosidad política en ebullición. Y es que puede decirse que a Kristeva le interesan esos “estados de gracia” que pueden producirse en la política, en el análisis, o en el espacio de goce que abre la literatura. De lo que se trata es de ir en busca del tiempo perdido y esa investigación proustiana, dice, es simultáneamente “búsqueda de la infancia y de la dimensión sensual del presente”. Son esos estados de deleite los que batallan contra lo que llama “las enfermedades del alma” actuales.
Kristeva estuvo hace unos meses con el papa Benedicto XVI. Fue una de las cuatro no creyentes invitadas a hablar en la ciudad de Asís, en la basílica de Santa María de los Angeles. Se ríe de que el diario francés Libération festejó que haya hablado de Freud y del Marqués de Sade frente a la máxima autoridad del cristianismo. En todo caso, la preocupación de Kristeva es por la “constante antropológica pre-religiosa”, que consiste en esa “increíble necesidad de creer” y, sobre todo, en cómo volverla deseo de conocer.

LO FEMENINO Y LO SAGRADO

En un bello libro de intercambio epistolar y de teorización conversacional con la filósofa y feminista francesa Catherine Clément, Kristeva dice sentir haber acertado una intuición: “que existen otras lógicas, si no más profundas, al menos heterogéneas a la superficie política y policial de la comunicación racional y racionalista”. Se trata de “lógicas del inconsciente, ritmos y polifonías de la música subyacente a la palabra y a la palabrería: un infrasentido, al igual que hay infrasonidos”. Es esa otra comunicación, porosa, la que abre una vía a lo sagrado como experiencia femenina, atea sin dejar de ser creyente, capaz de alojar memorias que invaden y que producen psicosis o éxtasis, “según la época, la suerte y las pocas posibilidades de las que disponen los humanos para crear”.

lunes, 10 de octubre de 2011

La Teoría de Jacques Lacan y la Teoría del Espejo

La mirada de la madre. La Teoría del Espejo. La madre ausente

La mirada de la madre

Lacan plantea que el recién nacido no realiza movimientos de acuerdo a su voluntad, por ejemplo cuando tiene hambre, patalea, en lugar de dirigir la mano al pecho o al biberón, o sea que el cuerpo del bebé no responde a las órdenes de su cerebro, su cuerpo funciona defragmentado, y no como una unidad. El bebé sufre esto cuando toma conciencia de que su cuerpo no obedece, esto desaparece cuando descubre su imagen reflejada en el espejo, y el espejo le sonríe. La imagen del espejo le es grata, principalmente porque el espejo imita sus movimientos, estableciendo una comunicación.
Este momento se continúa cuando el recién nacido encuentra otros de su edad, Lacan lo llama el “reencuentro con lo idéntico”. Un tercer momento, es cuando encuentra la mirada de la madre, el “encuentro con el semejante”. La mirada de la madre es el espejo en el cual se mira el bebé, si él sonríe la madre sonríe, si llora, la madre se pone triste.
Según Lacan, lo importante no es que sea querido, sino que se pudo decodificar su mensaje. En este momento, el recién nacido va entrando en el Símbolo. Esto servirá para el estudio de la patología.
Cuando un bebé no es comprendido por su madre, al crecer, se desarrollará como neurótico o peor aún, como psicótico. Determina el valor fundamental de la comunicación adecuada de la madre con el bebé, explicando que si al amamantar al niño, la madre está haciendo otra cosa, en lugar de brindarle amor, no se establece la comunicación. Y que el ser humano se estructura en la mirada del otro, o sea, es lo que esperamos que sea. Más tarde, Lacan agregaría que es el momento en que nace la capacidad simbólica de la persona. Y que el símbolo primario es el falo.
Afirma que el inconsciente funciona como un lenguaje regido por la metáfora y la metonimia. El inconsciente emplea metáforas propias, que no parecen tener significado aparente para el estado conciente.
Lacan rompe con el concepto saussuriano de signo, como significado y significante. Para él el significante remite a otro significante, y éste a su vez, a otro más, y nunca hay un significado final. Afirmaba: “el lenguaje se impone, y a la persona no le queda otro remedio que hablarlo”, refiriéndose a que el inconsciente tiene un lenguaje que empuja, y quiere expresarse, y nosotros le damos forma verbal.
www.apuntesdepsicologia.edu.ar



 La ausencia de la figura materna

La ausencia de la figura materna Mami……mami…..MAMI!!!!!!!!!!!! Todos hemos oído tan hermosa palabra proveniente de un niño…..pero lamentablemente no todos los niños y niñas gozan de tal privilegio. Sabemos que la figura materna es indispensable en los primeros años de vida, forma parte esencial del desarrollo emocional de los hijos, ya que es quien se encarga de entablar los vínculos afectivos intensos. La madre es el primer modelo para socializar, de ahí la importancia de este vínculo. Las consecuencias de la ausencia de madre dependerán de factores como el contexto familiar, la identidad y autoestima de la persona, especialmete de las figuras cercanas y el apoyo otorgado. Hay quienes logran sobreponerse de manera positiva a este tipo de pérdidas, mientras que otros se ven afectados en su salud emocional, y viven con la idea constante del abandono. La ausencia de la madre puede afectar en la vida del niño o niña sin embargo se puede encontrar ciertas figuras maternas sustitutas, ya sea una tía, hermana, prima, etcétera. Está red familiar y social ayudan mucho al niño y niña a sobrellevar el abandono de la auisencia de la figura materna. Como deciamos anteriaormente la presencia de una figura materna estable parece ser una condición necesaria para el normal desarrollo del niño y niña, pero no es por sí sola una condición suficiente, hay que tomar en cuenta la conducta específica de la madre y el tipo de estímulos que proporcione a su hijo o hija, estós serán en definitiva los elementos que determinarán el curso que siga el desarrollo emocional del niño y la niña.

 http://www.cdr.cr/blogs/psicologiarevista/2011/03/07/la-ausencia-de-la-figura-materna/


Engaño, desengaño, enajenación y escisión del yo

Lacan observa que el gran júbilo que el niño experimenta al reconocerse es sin embargo sólo efímero. Se reconoce y se desconoce casi al mismo tiempo, porque aquello que reconoce no es él, sino que justamente sólo una imagen de él. Una imagen separada, que no le pertenece. La completitud que observa es sólo un engaño, una ilusión de sujeto completo que no es más que una imagen. Una figura imaginaria de no fragmentación, engañosa y que al mismo tiempo lo confronta con la propia enajenación. Aquello que el niño ve está fuera de sí, no está en su cuerpo, sino en el espejo. El estadio del espejo implica por ello una experiencia de división o escisión del sujeto.
Esta es una razón para que Lacan más adelante distinga entre dos formas del yo: je y moi. Estos dos aspectos del yo no quedan, sin embargo sólo quedarán delimitados de manera clara en una fase más tardía de su obra.


http://es.wikipedia.org/wiki/Estadio_del_espejo

Los textos de Los Otros y Las Otras II

Aquí un fragmento de la obra de Gorki.Una madre en la que inevitablemente se piensa cuando se busca el estereotipo y el no. Y la cuestión es:¿acaso la madre de la lesbiana responde a un estereotipo? Éste es uno de los planteos por los que existe este blog.Con ustedes, el artista:

La madre
                                                                                                            de Máximo Gorki

  I
Cada mañana, entre el humo y el olor a aceite del barrio obrero, la sirena de la fábrica mugía y temblaba. Y de las casuchas grises salían apresuradamente, como cucarachas asustadas, gentes hoscas, con el cansancio todavía en los músculos. En el aire frío del amanecer, iban por las callejuelas sin pavimentar hacia la alta jaula de piedra que, serena e indiferente, los esperaba con sus innumerables ojos, cuadrados y viscosos. Se oía el chapoteo de los pasos en el fango. Las exclamaciones roncas de las voces dormidas se encontraban unas con otras: injurias soeces desgarraban el aire. Había también otros sonidos: el ruido sordo de las máquinas, el silbido del vapor. Sombrías y adustas, las altas chimeneas negras se perfilaban, dominando el barrio como gruesas columnas.
Por la tarde, cuando el sol se ponía y sus rayos rojos brillaban en los cristales de las casas, la fábrica vomitaba de sus entrañas de piedra la escoria humana, y los obreros, los rostros negros de humo, brillantes sus dientes de hambrientos, se esparcían nuevamente por las calles, dejando en el aire exhalaciones húmedas de la grasa de las máquinas. Ahora, las voces eran animadas e incluso alegres: su trabajo de forzados había concluido por aquel día, la cena y el reposo los esperaban en casa.
La fábrica había devorado su jornada: las máquinas habían succionado en los músculos de los hombres toda la fuerza que necesitaban. El día había pasado sin dejar huella: cada hombre había dado un paso más hacia su tumba, pero la dulzura del reposo se aproximaba, con el placer de la taberna llena de humo, y cada hombre estaba contento.
Los días de fiesta se dormía hasta las diez. Después, las gentes serias y casadas, se ponían su mejor ropa e iban a misa, reprochando a los jóvenes su indiferencia en materia religiosa. Al volver de la iglesia, comían y se acostaban de nuevo, hasta el anochecer.
La fatiga, amasada durante años, quita el apetito, y, para comer, bebían, excitando su estómago con la aguda quemadura del alcohol.
Por la tarde, paseaban perezosamente por las calles: los que tenían botas de goma, se las ponían aunque no lloviera, y los que poseían un paraguas, lo sacaban aunque hiciera sol.
Al encontrarse, se hablaba de la fábrica, de las máquinas, o se deshacían en invectivas contra los capataces. Las palabras y los pensamientos no se referían más que a cosas concernientes al trabajo. Apenas si alguna idea, pobre y mal expresada, arrojaba una solitaria chispa en la monotonía gris de los días. Al volver a casa, los hombres reñían con sus mujeres y con frecuencia les pegaban, sin ahorrar los golpes. Los jóvenes permanecían en el café u organizaban pequeñas reuniones en casa de alguno, tocaban el acordeón, cantaban canciones innobles, bailaban, contaban obscenidades y bebían. Extenuados por el trabajo, los hombres se embriagaban fácilmente: la bebida provocaba una irritación sin fundamento, mórbida, que buscaba una salida. Entonces, para liberarse, bajo un pretexto fútil, se lanzaban uno contra otro con furor bestial. Se producían riñas sangrientas, de las que algunos salían heridos; algunas veces había muertos...
En sus relaciones, predominaba un sentimiento de animosidad al acecho, que dominaba a todos y parecía tan normal como la fatiga de los músculos. Habían nacido con esta enfermedad del alma que heredaban de sus padres, los acompañaba como una sombra negra hasta la tumba, y les hacía cometer actos odiosos, de inútil crueldad.
Los días de fiesta, los jóvenes volvían tarde por la noche, los vestidos rotos, cubiertos de lodo y de polvo, los rostros contusionados; se alababan, con voz maligna, de los golpes propinados a sus camaradas, o bien, venían furiosos o llorando por los insultos recibidos, ebrios, lamentables, desdichados y repugnantes. A veces eran los padres quienes traían su hijo a casa: lo habían encontrado borracho, perdido al pie de una valla, o en la taberna; las injurias y los golpes llovían sobre el cuerpo inerte del muchacho; luego lo acostaban con más o menos precauciones, para despertarlo muy temprano, a la mañana siguiente, y enviarlo al trabajo cuando la sirena esparcía, como un sombrío torrente, su irritado mugir.
Las injurias y los golpes caían duramente sobre los muchachos, pero sus borracheras y sus peleas parecían perfectamente legítimas a los viejos: también ellos, en su juventud, se habían embriagado y pegado; también a ellos les habían golpeado sus padres. Era la vida. Como un agua turbia, corría igual y lenta, un año tras otro; cada día estaba hecho de las mismas costumbres, antiguas y tenaces, para pensar y obrar. Y nadie experimentaba el deseo de cambiar nada.
Algunas veces, aparecían por el barrio extraños, venidos nadie sabía de dónde. Al principio, atraían la atención, simplemente porque eran desconocidos; suscitaban luego un poco de curiosidad, cuando hablaban de los lugares donde habían trabajado; después, la atracción de la novedad se gastaba, se acostumbraba uno a ellos y volvían a pasar desapercibidos. Sus relatos confirmaban una evidencia: la vida del obrero es en todas partes la misma. Así, ¿para qué hablar de ello?
Pero alguna vez ocurría que decían cosas inéditas para el barrio. No se discutía con ellos, pero escuchaban, sin darles crédito, sus extrañas frases que provocaban en algunos una sorda irritación, inquietud en otros; no faltaban quienes se sentían turbados por una vaga esperanza y bebían todavía más para borrar aquel sentimiento inútil y molesto.
Si en un extraño observaban algo extraordinario, los habitantes de la barriada no lo miraban bien, y lo trataban con una repulsión instintiva, como si temiesen verlo traer a su existencia algo que podría turbar la regularidad sombría, penosa, pero tranquila. Habituados a ser aplastados por una fuerza constante, no esperaban ninguna mejora, y consideraban cualquier cambio como tendiente tan sólo a hacerles el yugo todavía más pesado.
Los que hablaban de cosas nuevas, veían a las gentes del barrio huirles en silencio. Entonces desaparecían, volvían al camino, o si se quedaban en la fábrica, vivían al margen, sin lograr fundirse en la masa uniforme de los obreros...
El hombre vivía así unos cincuenta años; después, moría... 

Las Madres de Ella y de las Otras

Las Otras que fueron parte del hacer-se Ella lesbiana.
Cada madre, de alguna forma fue la suya propia.Porque sí.Porque no.Descastada por su propia madre.Desistida de Ser por quien la había parido como quien completa una aplicación.La tía,su tía Amanda, le había dicho que no,que su madre la había esperado.Pero su madre,hasta los diez años le había dicho que 'le envenenaba la vida'.Deconstruir el dolor fue un trabajo de termita.Enjundiosa no sólo perdonó a su madre sino que llegó a amarla antes de que partiera.
Por razones larguísimas de explicar las personalidades se mantienen pero  no los nombres reales.Después de todo, cada cual puede reconocerse en sus acciones.O no? Así que a manera de relato corto, las madres de exes y amigas lesbianas, dentro y fuera del clóset,que coadyuvaron al propio reconocimiento de su Ser Lesbiana.Así, con mayúscula.


La lesbiana bien entendida empieza por casa: su madre.Mamita. Eva
Hija de inmigrantes españoles. Sangre celta,gallega y vasca corría y dormía a la vez, en sus aires.
Eva había quedado huérfana a los diez años junto a sus hermanos y hermanas, algunos más chicos,otros más grandes.Y un padre, cerrado de intelecto y de corazón, que decidió volvería casarse y que por tal, sus hijos e hijas estorbaban. Y a Eva, junto a los que la seguían, la mandaría a un orfanato. Era mediados de la década del '30.Infame década para todos. Y la hermana del padre de Eva, su tía, le tiró su rosario de insultos, se llevó a los siete hermanos y hermanas desde Moreno, pcia. de Buenos Aires a la Capital, bajo su amor y con la fuerza de su marido y sus tres hijos, así pasaron a ser una familia numerosa.Y la madre de Ella creció en un hogar de aire madrileño y tanguero en pleno barrio de Once. Atrás había quedado su madre muerta por tuberculosis y la miseria de trabajar para ganar la comida en la casa de su propia abuela.Lo que nunca jamás le quedó atrás fue el rencor hacia su padre.Un innombrable familiar.Un familiar innombrable de allí en más.






La madre de su primer mujer,de su primer amor mujer: doña Liza
Nadie le había escrito un manual de instrucciones.Es más, siempre, los demás se dieron cuenta antes que ella, de que Ella era lesbiana. Ella,cree ahora,nunca había querido verlo.Los hombre siempre la había hecho feliz.En todos los sentidos.Con todo el sentido.Y próxima en dos meses a casarse con Vito, con absolutamente todo contratado /como a una buena hija única su padre había querido rodearla de todos los ritos alrededor del rito/,Ella lo deja por ella,por Vania.
La había conocido en un trabajo en el que recién se iniciaba:tenía 25 años y Vania 30.

La madre de su segunda mujer: doña Teresa

Ayer fue trece. Septiembre del '97,el tiempo en que te fuiste. Prendí una velita por vos y por mi tío querido. Se cumple otro año, un año más de distancia pero de saberte siempre cuidándonos. Aquél catorce de hace ocho años llamé a tu hija por última vez, le dejé el consabido 'te quiero mucho' en la contestadora. Ella entendería, desde ese código trabajado por los años de amor, de locura y de muerte.Luego tu hija decidiò perder mi rastro. Pero yo te seguí pensando como un ángel.
Tu hija Doni te lloró y te sufriò hasta mentir la vida. Por mi parte, en estos años te transformaste en una muestra de amor incondicional.
Transitamos el amor de nuera a suegra y viceversa desde tu detestarme inicial hasta mi desgarro por tu partida. Te fuiste y terminamos con Doni. Ella jamàs me lo perdonó.Yo tampoco me lo había podido perdonar,hasta hace unos años.
Es imposible entonces no pensar mi relación con vos, Teresa,sino es a la par de mi relaciòn con tu hija.
En diciembre de '93 le preguntabas a Doni cómo se llamaba 'tu amiga con la voz de Gabriela Sabatini...'. En abril '94 le prohibiste verme, ella no te escuchó. Y luego en agosto, cuando parecía que Doni se nos moría, me agradeciste que estuviera en su vida. Desde ese momento, no puedo sino recordar haber tenido por fin, una familia, y en vos, un alter ego de madre, esa madre ideal,casi perfecta: con las palabras justas, con un british cuidado, que tenía un piano y una casa a la que,cuando llegaba, era recibida por el aroma a tostadas y el rumor de Radio Clásica.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El No-Lugar es el Principio de la Historia a veces)

La casa de la tía Chiche
Mejor 
(Floresta,nació en el Pasaje y Av Directorio)


No el Hospital No la Clínica No la Maternidad

No. Decías que no. Siempre
Partera Partner
Fórceps Fuera Fuerte Fuerza
Y destrozada Y víctima quedaste


La abuela Rosario que arreglaba
los destrozos.Como siempre.
Pero esta vez
es su cara.Sus orejas.
El abuelo Héctor decía 
que su nieta era bella
y que tenía ojos azules
Y le enseñó a cantar
a Manzi en el patio
de la casa de Moreno y Loria.
Vos no, vos siempre decías 'no'
Que en el Hospital te daba asco.
Que no había ascepcia.
Que sería un varón
Y tu marido, su padre
Que escapa. Que huye. Como siempre.
La abuela Rosario arreglaba los destrozos
La tía Elvira la cuidaba por vos
Por vos que
como siempre
habías quedado destrozada

Y luego de parir
no te volviste a levantar
                               Nunca

(aún cuando la tía Amanda
antes de partir le jurara que la habías esperado)

SEG 19092011

De locura

La boca abierta
El ánimo distante
Cavilación inmensa
Las sienes escondidas
Y un vértigo demente
De labios quebrados
De dientes partidos
Su voz 
invocaba el nacimiento
Del dolor, del martirio
De esta hija que fui 
Y nunca he sido
Ahora
Nada es todo
A esperar
a la Innombrable
Dueña de las cosas 
Por días y por noches
Perfiles intermitentes
Pasillos mortecinos
que el viento no perdona-

SEG 180602.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Cuestión de TeTaS


Ella ama el sexo oral / Oralizada
Desde chiquitita
Que su mamá
No quería No quiso
Darle TeTa
Me hacés mal
dicentodosquedecía 
y después ella también dijo
Te lo dijo Se lo dijo
Ella se lo decía todo el tiempo:
pobremamálastimadalastimantelástima
Quién sabe cómo es eso
De colgarse de otro/a
Y lo supo
Y se llenó la boca
Cien Y una Y mil veces
En esa historia inacabable
De no entender
Y entenderlo todo

SEG

domingo, 12 de junio de 2011

Habías sido Eras Fuiste Sos Serás

Sos el espejo 
En el que jamás 
Quise verme

Denegué
Hasta de tu nombre
Que es mi nombre
Mi primer nombre
Tu primer nombre
Y en tu nombre
Creía vengarme
Del Padre que me parió
Y que me ungió
Con tu nombre


Y creía vengarme
También
De tu olvido inCunanTe
De tus desprecios


Nunca el encuentro
Tener - Me 



Las primeras letras
El primer ascenso
Entre las líneas de los relatos rusos
Desde las laberínticas narraciones árabes
Allí,sí
allí estaba esa madre
admiradamada


Las dos caras del espejo


Lluvia
En cemento


Tu mirada Mi mirada
Esas mujeres que somos
Y que nunca seremos
Mamá

SEG 20032011

miércoles, 1 de junio de 2011

I Sure (antes del viaje que me hubiera gustado compartir con ella)


Juraría que te nombro
Que octubre complota
Y sos mi ángel preferido
Ahora vendrás conmigo
Exactamente por aquellos lugares
De los que no hablamos nunca
Pero a los que siempre
Quisimos ir juntas
Mamá

SEG 13102010

Los textos de Los Otros y Las Otras I

El orden simbólico de la madre                      Luisa Muraro
Afirmo que saber amar a la madre hace al orden simbólico (...) El feminismo ha producido una profunda crítica del patriarcado y de las múltiples complicidades,filosóficas,literarias,etc., que han sostenido sus sitema de dominio. Pero esta labor de crítica,aunque vasta y precisa,quedará borrada en el plazo de una o dos generaciones si no encuentra su afirmación. Sólo ésta puede devolver a la sociedad, y ante todo, a las mujeres, la potencia simbólica contenida en la relación femenina con la madre y neutralizada por el dominio masculino.


Muraro, Luisa. El orden simbólico de la madre, Grafistaff,Madrid,1994. p.21

mimamáyanomemimamás

Mamá se fue el 3 de octubre de 2003. Ella en realidad nos había dejado antes. Nunca supe realmente si los médicos tenían y tuvieron razón.La razón.Ella la empezó a esquivar a mediados de los '90.Mi padre la llevaba al cardiólogo porque nunca entendió ni aceptó que necesitaba un psiquiatra.Cuando lo entendió, fui al psiquiatra yo pues ella, mi madre ya estaba en las intermitencias de salir y entrar a sus encierros institucionales aunque privados.
Desde hace muchos años, desde que ejerzo la lesbianitud o sea, casi a mediados de los '80 comencé a relacionar a el vínculo madre - lesbiana con el Ser Lesbiana. Así es que de esto se trata este blog.De interrelacionar.De escribir y traer textos de otrxs. De acercar poemas, textos en general que deslicen ideas, aproximaciones.

Quedan todos y todas invitadxs a participar. Todas las voces. De todas y todas.